miércoles, 26 de noviembre de 2014

Capitulo 18

-¿Mi familia no te ha visto? 
-No, bueno, creo que uno de tus primos, aunque me ha sonreído, lo cual no sabía como interpretarlo, -su cara era de asombro absoluto, se encogió de hombros-  tu madre habla con tus tíos para que venga a ciertas horas y las que se quedan libres vengo.- le sonreí, me encantaba que estuviese conmigo, era mi segundo día en el hospital y el primero con consciencia y no me apetecia ver a nadie más, aunque habían venido mis tíos y algún primo como Fernando, el cual supuse que era el que se habría encontrado con Marcos.
-En principio me dan el alta mañana, asi que no hará falta que vengas a ciertas horas.
-Me alegro- se quedó pensando- lo único que por las mañanas no tengo ni un rato libre, me están metiendo mucha caña ultimamente en casa y quieren que la limpie de arriba a abajo para el domingo porque hay no de que fiesta, así ando un poco liado.
Le sonreí ligeramente.
-Tranquilo, me conformo con estar contigo aunque sea un rato al día- me devolvió la sonrisa, era perfecta, me encantaba y me hacía sonreír a mí.
Llamaron a la puerta y un hombre con bata blanca entró en la habitación.
-Te traigo el expediente- afirmé para dar el consentimiento y extendí la mano para que me lo acercase. Éste se lo dio a Marcos y quien me lo hizo llegar. El médico se retiro al momento.
Empecé a leer: "Zonas recuperadas=> tibia de ambas piernas, peroné de ambas pierna, el fémur de la pierna derecha, el brazo izquierdo y algunas vertebras sin lesión en la médula. Zonas no recuperadas de tratamiento=> brazo derecho, desplazamiento del cúbito y del radio tras la inicial fractura. Zona no recuperada y sin tratamiento=> trasplante de uno de los riñones, los dos perdieron el funcionamiento"
Esto último me hizo acordarme de lo que no quería pensar, de lo que había tratado de dejar de lado todo el día y no había conseguido hasta que llegó Marcos.
-¿Estas bien?- afirmé sin responder, mi mirada estaba completamente perdida, parecía una autómata.-Miny.
-Sabía que algún hueso me había tenido que regenerar, pero no me esperaba que fuesen tanto, por suerte en la cabeza no me he golpeado. -Esperaba que se lo creyese, pero por su cara no se lo había creído- ahora te lo cuento, voy a ir a por un vaso de agua y te lo cuento.
Aquella frase le extraño demasiado, bajé de la cama, mis piernas estaban más débiles que nunca, pero confiaba en que no me iban a fallar. Cuando fui a dar el primer paso su mano me agarró del brazo con suavidad, le miré, sus ojos estaban clavados en los míos.
-Sabes que me tienes para lo que necesites.
No lo pude evitar y le sonreí.
-Lo sé- me acerqué a él y ´le besé en la mejilla.
Salí de la habitación, por fin aire fresco, lo necesitaba, era algo agobiante estar todo el rato en la misma habitación. Fui a la máquina a coger agua, cuando me giré algo se paró, yo creo que fue el mundo entero, dejé de notar todo mi cuerpo, parecía como si la tierra hubiese dejado de dar vueltas al instante, todo absolutamente todo se paró. Traté de respirar profundamente, algo en mí cambió, la miré a los ojos, eran negros, sin embargo su pelo era castaño, incluso más que el mío. Las dos nos quedamos mirándonos, noté como su respiración se aceleraba, iba prácticamente al mismo ritmo  que la mía. La hice una evaluación con la mirada, era algo más bajita que yo, era completamente blanca, mucho más blanca que yo, su cara estaba llena de pecas y su nariz era exactamente igual que la mía, algo achatada. Era corpulenta, en eso sí que se parecía bastante a mí y de su mano colgaba una pulsera que brillaba con luces.
Unos niños pequeños que gritaban al fondo del pasillo me hizo volver a la realidad, no sabía que decir. Los niños se dirigieron hacia nosotras. Fueron reduciendo la velocidad hasta que se pararon al llegar a ella. Eran una niña y un niño, de la misma edad, de la misma estatura, pero ninguno de ellos era clon. Ella giró la cabeza mirándoles, ellos me miraron a mí. La chica era exactamente igual que yo cuando era pequeña. Él tenía algunos rasgos muy similares, pero no era lo mismo, si yo cogía la foto de mi infancia era la niña, iguales.
La puerta de mi dormitorio se abrió, Marcos asomó la cabeza. al verme allí parada se dirigió hacia mí.
-¿Estás bien?- me agarró por la cintura.
No reaccioné, no era capaz, no tenía fuerza, era como si al verla me hubiesen clavado un cuchillo y no pudiese moverme.
Ninguno nos movíamos, Marcos no entendía nada, ella no se movía, solo me observaba y los niños miraban expectantes, no tendrían más de 12 años.
-Gracias- por fin conseguí decir algo.
-¿Tú eres nuestra hermana?- el niño habló sin miedo.
-¿Hermana? - la voz de Marcos sonaba completamente extrañada, creo que entendía más o menos lo mismo que entendía yo.
-No lo sé- la miré esperando que dijese algo, pero seguía callada.
Creo que está situación nos estaba superando a todos, hasta que dijo algo definitivamente.
-Sí- mis ojos comenzaron a inundarse, los niños se acercaron a mí. Tragué saliva como pude. No sabía como tomarme aquellas palabras.
-¿Estás bien?¿Te duele mucho? Nos han contado que ha pasado. Me alegro que estés bien- era la niña pequeña- Soy Ana, él es Carlos y ella es Maite. Tenía ganas de conocerte.
-¿Sabéis quien soy?
-Claro, nuestro padre siempre nos habla de ti, dice que eres muy valiente, que te dedicas a perseguir a los malos dentro del muro de tu ciudad y eso mola- era el niño, hablaba emocionado.
-¿Y quién es vuestro padre?-Los dos niños me miraron extrañados, no entendía la pregunta.
-Papá, normal que no te acuerdes de él, llevas mucho tiempo sin venir a vernos y queríamos conocerte, nos contó que tú y mamá os tuvisteis que ir a otra ciudad porque tenías que trabajar allí- miré a Maite, negaba con la cabeza, con aquel gesto supuse que se lo tuvieron que inventar para no hacerles sufrir.
-¿Me dejáis hablar con vuestra hermana?-Los dos afirmaron y salieron corriendo otra vez.
-Soy Miny-Marcos iba a irse cuando le agarré la mano para que no lo hiciese. Se quedó parado y se colocó detrás, necesitaba que estuviese a mi lado por si me caía que era muy probable.
-Sé quien eres, gracias por la aclaración.
-Oye, no quiero quitarte a tus hermanos, no es mi intención tampoco era mi intención que tuvieses que donarme algo.
-No es culpa tuya, es culpa de nuestros padres. Y ellos no son mis hermanos, son los tuyos.- me parecía muy considerada.
-Pero tú los has cuidado- ella afirmó cuidadosamente- Una pregunta, ¿Quién es nuestro padre? Porque ahora mismo no tengo claro ni quien soy.- me reí, aunque no me apetecía absolutamente nada.
-No es quien crees que es. Es con el que vivo yo, bueno, y ellos. Nuestra madre tuvo una aventura con él y le dijo a "tu padre" que era suyo. A ellos les hicieron creer que tú te fuiste por trabajo con nuestra madre fuera.
Respiré hondo tratando de asimilar todo.
-¿Cómo estas de la operación?- sonrió ligeramente. Parecía irónico.
-Me dan el alta mañana y ya vuelvo a casa.- con aquella última frase la sonrisa desapareció de golpe. -Debería volver a la cama, estoy muy cansada.
Asentí y me dirigí a mi habitación.
-Pensaba que eras anti-clon- su voz me hizo pararme en la puerta.
-Sí, lo era, hasta que se enamoró de mí- me reí y le golpeé las costillas suavemente, sabía que lo hacía para relajar la tensión y se lo agradecía.
-Sí, lo era, ahora mi novio es un clon y tengo un clon. Mi vida en dos meses ha cambiado demasiado.
Me metí en mi habitación.
-¿Tienes un clon?- sus ojos eran de asombro absoluto, parecía que estaba absolutamente desencajado, pero había entendido toda la conversación.
-No me preguntes cómo, pero sí. Y hermanos también.
-Tranquila, hablarás con tu madre y se solucionará todo. Me abrazó con mucho cuidado y me beso el cuello. Me dirigí a la cama de la habitación y me tumbé y el conmigo.
-Descansa, pequeña- su voz era tranquila, sosegada.
-Gracias por estar a mi lado. Buenas noches

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